Los dineros de Albina du Boisrouvray entre Paz y Fuentes

Cumbre de poderes en los años 70. Paz, Echeverría y Fuentes. (Imagen tomada dezendalibros.com).

 

No deja de sorprenderme que la intensidad novelesca de Estrella de dos puntas. Octavio Paz y Carlos Fuentes: crónica de una amistad, de Malva Flores (Ariel, 2020) sea gracias a los asuntos propios de la economía cultural. En esta séptima entrega tocan las páginas 315 a 370.

Los escritores recorren 1968. Sabemos que Octavio Paz solicita a la cancillería sea separado de su cargo de Embajador de México en la India. No renuncia, se hace a un lado con apego a sus condiciones laborales para finalmente jubilarse en 1971. Dice Malva Flores que “Blanco, el poema que había escrito en 1966, y cuyos primeros ejemplares recibió a finales de enero de 1968, son la mejor muestra de esa revolución interior que, cada día más, lo obligaba a independizarse del Estado mexicano. Si el arte y la literatura deberían estar libres del ‘benévolo’ paternalismo oficial, le comentaba a Fuentes el 11 de febrero, ¿por qué él no habría de estarlo también?”.

En ese ir y venir epistolar, Malva dice que Paz le contó a Fuentes que “desde hacía más de un año tramitaba su jubilación, y esperaba concluirla pronto”. “Ya no soporto más –no a la India, que amo, sino la idea de servir a un gobierno, sea el del Gran Mongol o el del Hijo del Cielo. Buscaré un reacomodo, en la Universidad o en El Colegio de México. Y más que nada, me ocuparé de la revista”.

El dramático 68 lleva a Paz a dirigir una carta al canciller Antonio Carrillo Flores, de la cual tomo el siguiente fragmento, por la singular articulación de las nociones económicas: “En el fondo el problema consiste en introducir un equilibrio entre el desarrollo económico, el social y el político. Agrego que la reforma de nuestro sistema político aceleraría el progreso social -o sea: la mejor distribución de la riqueza- sin que esto dañase al desarrollo económico, ya que aumentaría el número y el poder adquisitivo de los consumidores”.

En la misiva al secretario, también resulta relevante la vista analítica del poeta sobre los medios de comunicación, sin duda llamativa por venir de alguien que añora hacer una publicación. Le parece escandaloso que “todos” fueran privados, si bien advertía que “su nacionalización no sería un verdadero remedio: el monopolio del Estado en materia de información no es menos peligroso que el de los negociantes”.

 

Entrañas que permanecen. Vista a la construcción de la sede del periódico Excélsior el 14 de junio de 1923, casa que vio nacer en 1971 Plural, la revista que anheló Octavio Paz . (Imagen tomada de excelsior.com.mx).

 

Vale reiterar que al esculcar Estrella de dos puntas, la obra se muestra rebosante de señales en busca de significados, una suerte de narrativa oculta incluso para la misma autora. Ella nos dice que un dato interesante, “si pensamos en la forma como se desarrollarían las cosas poco después”, es que en una carta del 25 de agosto de 1969, Carlos Fuentes le cuenta a Paz que ha comido con Julio Scherer y Manuel Becerra Acosta, director y subdirector del único periódico “digno”.

Le invitaron a colaborar en la página editorial de Excélsior, pidiéndole que le dijera a Paz se sumara: “Te aseguro que ambas invitaciones, en el ambiente actual de México son de un gran valor. Hace, con toda justicia, una distinción entre tú y yo; según Scherer yo soy un gancho al hígado pero tú eres el uppercut y K.O. Graduando las cosas, me piden que yo empiece a colaborar en septiembre y tú en diciembre. Dime qué piensas”.

Fuentes había regresado a la Ciudad de México ese año, al lugar donde prevalecía un “elemento devorador, destructivo, en la vida mexicana”, según dijo al periodista de Excélsior, Guillermo Ochoa. Tras las declaraciones ahí vertidas que aparecieron un sábado, “el lunes Díaz Ordaz mandó suspender la filmación de la película basada en mi novela Zona sagrada. Con lo cual me benefició, pues yo ya había cobrado mis derechos, más tarde los recuperé y cobré por segunda vez al revenderlos”, revelaría en 1973 al periodista James Fortson.

¿Y la revista que deseaban crear? Malva Flores sigue los trazos. El año del 69 se enfila a 1970. Aparece entonces el novelista español Juan Goytisolo quien “tuvo buenas noticias para su amigo Carlos”. Antes de llegar a La Jolla, California, había entrado en contacto con “un mecenas dispuesto a financiarnos la revista; se llama Albina du Boisrouvray, es condesa, multimillonaria, como nieta que es, parte de madre, del ‘distinguido financiero’ (Simón) Patiño”. Había colaborado con varios proyectos editoriales y además era guapa.

 

Periodista, productora de cine, guionista, condesa, mecenas, bella, brillante. Albina du Boisrouvray (Francia, 1941) estuvo en la lista de posibles patrocinadores de la revista que idealizaron Paz y Fuentes. (Imagen tomada de en.notrecinema.com).

 

La llamada “Condesa Roja”, estableció según Goytisolo “los límites precisos de su empeño en la empresa: está de acuerdo en adelantar la suma de cien mil francos para la creación de la revista y respetar escrupulosamente su independencia”.

Corre marzo de 1970 y Fuentes manda una carta a su amigo Paz. En palabras de Malva “también comentó con repugnancia algo que más tarde seguramente lo ruborizaría si alguien se lo hubiera recordado” y citamos: “Nuestro amigo JLM (José Luis Martínez) reunió a los ‘intelectuales’ (los buenos) a cenar con LEA (Luis Echeverría Álvarez). Coordinador del pétit déjeneur: (José) Iturriaga”.

Estaban ahí los escritores “oficiales: Arreola y Arnaiz y Freg, disputándose la palabra para decir gracejadas obsequiosas. Poeta oficial: Novo, le compuso una ‘bomba’ en la que maitines rima con Martínez. Gorostiza en silla de ruedas. Flancos: Torres Bodet y Martín Luis Guzmán. Espectadores silenciosos: Rulfo, García Terrés…”. Habían sido excluidos, sin embargo, los amigos íntimos de José Luis Martínez: “El tlatoani define quiénes pueden participar en los ritos y mirarlo a la cara”.

Luis Echeverría, LEA o “ ‘El Señor’, como le dicen sus achichincles”, narra Fuentes a Paz, estaba en plena campaña. El lema “Arriba y adelante” ilustraba todas las bardas, los puentes y hasta los cerros del país.

El priismo dominante, la selva política del sistema que decía alimentarse de la Revolución mexicana, la diversificación del mercado cultural, abonarán las diferencias de los escritores. Los navegantes del sector cultural irán dando paso a sus economías creativas, a los modos de producción cultural que los acompañarán hasta el final de sus días.

 


 

Relación de artículos sobre Estrella de dos puntas.

 

Espulgar un libro: Paz y Fuentes en el sector cultural, 2 de agosto.

 

Las becas de Fuentes y Paz, 5 de agosto.

 

Toma y tunda, Paz y Fuentes: “Atácalo, Helencitos”, 16 de agosto.

 

Andares de Paz y Fuentes; diplomacia, creación, grilla, 27 de agosto.

 

Y seguimos: Paz-Fuentes, emprendedores, no empresarios, 22 de septiembre.

 

Los poderes de Fuentes y Paz: literarios, políticos ¿económicos? 7 de octubre.

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