El sector cultural está entre los principales ganadores de la medalla al desastre económico del 2020.
El pasado 25 de febrero, el INEGI dio a conocer el Producto Interno Bruto (PIB) del cuarto trimestre de 2020, a precios de mercado, que en términos porcentuales fue la friolera de (-)4.3. La economía cayó en el año (-)8.2, cifra histórica que obtuvo los consabidos titulares en todos los medios y similares.
Como suele ocurrir, nadie se detuvo en que una de las preseas por sectores de la producción también merecía primeras planas, entradas sensacionales en variados noticieros y vigorosas columnas de la comentocracia.
En la epopeya de la peor caída en el año de la crisis sanitaria a manos de la Covid-19, las actividades económicas de la cultura vieron de lejos, en el conjunto del Sistema de Clasificación Industrial (el popular SCIAN) al 23 Sector de la Construcción que se fue abajo (-)17.2 y al 72 Sector Servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas (ligado centralmente a la actividad turística) que cerró con (-)43.6.
De las cifras anualizadas de los sectores del SCIAN vinculados al sector cultural, según la integración de la Cuenta Satélite de la Cultura (CSC), podemos tomar algunos ejemplos que, en ponderación simple porcentual, ilustran la hazaña.
Son los casos del Sector 31-33 Industrias manufactureras con (-)10.0, el 43 Comercio al por mayor (-)8.8, el 46 Comercio al por menor (-)9.7, el 51 Información en medios masivos (-)2.6, el 54 Servicios profesionales, científicos y técnicos (-)6.5, el 71 Servicios de esparcimiento culturales y deportivos y otros servicios recreativos (-)54.0 y el 93 Actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales, que dio el positivo 2.2 a cuenta del gasto público y la cooperación internacional, es decir, de la actividad de no mercado.
Lo anterior es significativo si, a la luz de la actualización a 2019 de la Cuenta Satélite de la Cultura, observamos la composición del PIB cultural que, de la producción de mercado (2.4 del 3.1), el mayor peso recae (seguimos empleando cifras porcentuales) en los siguientes sectores del SCIAN:
Sector 51 el 35.6
Sectores 31-33 el 14.5
Sectores 43-46 el 10.4
Sector 54 el 6.5
Sector 71 el 5.8
Sector 93 el 5.8
Hay más en una rápida mirada a un sector que disputa el campeonato de las pérdidas por la parálisis económica del 2020. Nos referimos a la desagregación por subsectores.
Recordemos que a cada sector del SCIAN le corresponden subsectores, ramas, subramas y clases de actividad.
Así las cosas, por ejemplo, al Sector 31-33 le corresponden 21 subsectores, de los cuales siete tienen que ver con la cultura.
Luego en el Sector 43 hay 7 subsectores, en tanto en el 46 son 9. En el primer caso es al menos uno el comprometido y en el otro, dos.
En el Sector 51 Información en medios masivos, hay 6 subsectores. En este caso son más focalizables por su designación.
511 Edición de periódicos, revistas, libros, software y otros materiales.
512 Industria fílmica y del video e industria del sonido.
515 Radio y televisión.
517 Telecomunicaciones.
518 Procesamiento electrónico de información,
hospedaje y otros servicios relacionados.
519 Otros servicios de información.
Veamos primero las cifras porcentuales al cuarto trimestre y luego su correspondiente anual de 2020:
511 (-)24.6 / 4.2.
512 (-)72.5 / (-)65.9
515 (-)15.9 / (-)19.1
517 (-)0.4 / 2.1
518 (-)10.3 / (-)6.7
519 (-)18.2 / (-)19.9
Total Sector 51 (-)5.6 / (-)2.6
Después, en el Sector 54 Servicios profesionales, científicos y técnicos, solo tenemos un subsector, el 541. Las cifras son (-)6.9 en el cuarto trimestre y anual (-)6.5.
El peliagudo es el Sector 71 Servicios de esparcimiento culturales y deportivos y otros servicios recreativos. Ello en virtud de que las actividades culturales se combinan con clasificaciones de esparcimiento, recreación y deporte (y podríamos agregar otra categoría no nombrada para abonar el tutifruti, el entretenimiento).
El tabulado del INEGI consultado nos entrega los tres subsectores y mezcla todo ese universo.
Como se puede advertir en los datos aquí citados de la CSC, la participación del Sector 71 no es tan amplia en términos porcentuales, ello se debe a la desagregación que se hace de lo cultural del deporte, como entre lo que se considera esparcimiento y recreación independiente de lo cultural.
711 Servicios artísticos, culturales y deportivos y otros servicios relacionados.
712-713 Museos, sitios históricos, zoológicos y similares. Servicios de entretenimiento en instalaciones recreativas y otros servicios recreativos.
Los resultados son:
711 (-)50.6 / (-)48.1
712-713 (-)58.4 / (-)59.8
Total Sector 71 (-)52.7 anual (-)54.0
Finalmente, en otro ejemplo del certamen al peor desempeño del 2020, tenemos el prietito en el arroz: el Sector 93 Actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales, que cuenta con dos subsectores.
El tabulado del INEGI los ofrece juntos para un 931-932 de (-)1.0 con un anual 2.2. Su condición de sector de no mercado, explica en parte este valor positivo.
Tras este apretado recorrido podemos elaborar algunas especulaciones alrededor de la recuperación del sector cultural.
1 Sin duda la actualización de la Cuenta Satélite de la Cultura al año 2020 (que aparecerá el 20 de noviembre de 2021) ofrecerá mayor detalle, entre los cuales econtraremos una caída del PIB y por ello una baja generalizada así como contrastante en todos sus componentes, además de la pérdida de puestos de trabajo ocupados.
Reflejará lo que llamo la recesión de sector que vino con la Covid y aún persiste al estar próximos al cierre del primer trimestre de 2021.
2 Como ya lo comentamos en otro momento (ver mi artículo V W U L las letras de la crisis del sector cultural, del 25 de mayo de 2020) la recuperación, como del resto de la economía, vendrá en la letra U.
La curva descendente se comienza a dejar, pero la estancia en el sótano de la U va para largo, con algunas excepciones más simbólicas que reales en este 2021.
3 Aunque con menos participación porcentual en el conjunto de la CSC, pero de profundo valor simbólico, el Sector 71 será el que más lentamente levante la cabeza. No olvidemos que es donde se manifiesta más la necesidad de movilidad y presencia de la gente.
Por ello, su suerte está ligada tanto al cese de las restricciones sanitarias, como a las derramas del consumo, como al desempeño de los sectores 54 y 93.
4 Porque algo hay que presumir, el Sector 51 acelerará con menos obstáculos, al depurarse ante todo los flujos de la llamada cultura digital.
Sin embargo, un posible repunte de la movilidad y las actividades presenciales entre septiembre y diciembre de este 2021, puede darle cierta amargura en su racha “ganadora”.
5 Las actividades de comercio, los sectores 43-46, seguirán apuntaladas por el comercio electrónico, como ocurrirá en general en este capítulo.
En la medida de que la gente pueda regresar a los locales comerciales, se recupere el empleo, vuelva el ingreso constante y se dé rienda al consumo de los que lo han guardado por temor al contagio del virus, también surcarán cielos abiertos estos sectores.
Las compras de gobierno no generan esperanza, pues el gasto público seguirá a la baja, salvo ciertos casos muy conocidos, las megaobras.
6 Si algo puede significar al Sector 93 para el sector cultural, así como a quienes ofrecen bienes y servicios, es la derrama prevista del proyecto Chapultepec.
Recordemos que se tiene previsto ejercer más de 3 mil millones de pesos. Su impacto puede ser positivo.
Por lo que refiere al componente sectorial relacionado a la cooperación internacional, me temo que muy poco o nada será para el ámbito cultural.
7 El Sector 31-33 donde encontramos, por ejemplo, actividades del quehacer artesanal, su suerte va, en buena medida, de la mano de la recuperación del turismo, cuya ruta al cielo también se antoja endiablada. En efecto, también hablamos de movilidad y presencia de la gente.
8 Las previsiones de crecimiento económico para este 2021 van de un 3.5 del PIB según Santander, a un 4.5 de la OCDE, a 4.6 (que se aventura a lanzar “triunfal” a un 5.0 la Secretaría de Hacienda) a un 4.8 de quien se supone sabe mejor de estos asuntos, el Banco de México.
Esto no significa que el sector cultural lo hará con este ritmo y parejo. Además frente a un desplome en 2020 de 8.2% del PIB nacional ¿podemos desde ahora saber el sentido compensatorio del “crecimiento” en este año electoral?
Cierto, lo importante es que la recuperación tiene que llegar y debemos estar atentos para enterarnos de sus efectos sanadores en la economía cultural del país.
9 Siguiento lo anterior, un detalle que no podemos olvidar. El secretario de Hacienda puso la variable en juego: llegar al mes de ¡mayo! con 80 millones de mexicanos vacunados contra el coronavirus. Dijo que, entonces, la recuperación económica será plena y en ella, de alguna manera, la del sector cultural.
10 ¿En los años 2022 o 2023 veremos un sector cultural diferente?