Comienzo por decir a lo que llegué tarde. Se trata de mi conocimiento de la obra monumental, libro de arte premiado, una maravillosa inversión, un gasto extraordinario, todo un lujo para quienes lo tenemos en propiedad.
Se hicieron 2 mil ejemplares. Tuvo un precio de 700 pesos: baratísimo y por lo mismo, subsidiado. Se agotaron los ejemplares para librerías. Se puede acceder gratuitamente a una versión en línea en https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/libro%3A759
Se publicó meses antes de que estallara la pandemia, hacia finales de 2019: Instituto Nacional de Antropología e Historia. 80 años. Consta de 446 páginas que fueron coordinadas por Jaime Bali y Adriana Konsevic.
Son ediciones que no se hacen con regularidad y las comparo con un documental fílmico. Tienen una cadena de valor amplia, con derramas económicas definidas en cada eslabón. Valen y significan: los lectores debemos sumergirnos con enorme paciencia y tiento.
Al banquete editorial llegué tarde y salir de la omisión ha sido gracias a Diego Prieto, director general del INAH. Como es normal en mi forma de tomarle pulso a este tipo de libros, tras una hojeada, después de oler papeles y tintas, de gozar el descomunal esfuerzo colectivo, me fui a las páginas finales. Después de XV apartados yacen la Numeralia, el Apéndice y la Línea del tiempo.
Me detuve en el Apéndice. La primera pregunta fue ¿por qué tan poquitas representaciones del universo convocado? Y la segunda: ¿por qué rehuir a la información que relaciona al patrimonio con la economía?
Mientras encuentro las respuestas, me refiero a la gráfica 1 que abre el Apéndice: “Creación de museos en la red”. Las barras ofrecen una lectura por mandatario mexicano: de Manuel Gómez Pedraza (1832-1833) que instaló el primer museo, a Felipe Calderón Hinojosa que favoreció 11 recintos. La suma es de 120.
En consecuencia, se infiere que en la gestión de Enrique Peña Nieto no hubo aperturas. Al calce se cita que el conteo es a cifras del 2017. Por lo mismo en 2019 no abrió ningún museo.
Sin embargo, la Numeralia elaborada por Aída Castilleja González abre con el siguiente párrafo: “En 1939 el INAH contaba con 11 museos. En la actualidad sumando museos y salas introductorias de zonas arqueológicas, tiene 160, siendo la mayor red de museos en América Latina”.
Entonces entre Peña Nieto y el incipiente lopezobradorismo surgieron 40 de unos y otros casos. ¿Estamos ante un récord no esclarecido entre conservadores y liberales? Por cierto, la gráfica 5 “Museos por tipo de inmueble” suman 121.
Apreciar por ciclos sexenales la inversión en infraestructura museística corrobora mi admiración por el presidente Adolfo López Mateos: inauguró 12 museos. Con Díaz Ordaz fueron 7. Sigue después Luis Echeverría con 11 y José López Portillo con 12.
Lo sorprendente del recorrido es que durante la administración de Miguel de la Madrid se levantaron ¡21 museos! ¡En un sexenio rebosante de crisis económica, de inflación y de ser el arranque neoliberal! Entre Carlos Salinas y Ernesto Zedillo suman 23 recintos. Con Vicente Fox ¡dos!
Vamos a la Línea del tiempo. Al frente del INAH, con De la Madrid, estuvo Enrique Flores Cano. Siguieron García Moll y Teresa Franco (única mujer hasta ahora en ese cargo). Brincamos a Alfonso de Maria y Campos quien presidió el instituto de 2006 a 2012.
El siguiente ciclo sexenal se repartió entre Sergio Raúl Arroyo (por segunda -corta- vez) Franco y Diego Prieto como encargado quien, designado en 2018, va de la mano del tabasqueño.
Termino diciendo que, a lo que llegué a tiempo, fue a la celebración de los 84 años del INAH el pasado jueves 2 de febrero. Pero no alcancé ni porción de cupcake ni tamales. Se notó lo que le falta al INAH: una economía del patrimonio.
Interesados en otros detalles de la ceremonia del 84 aniversario pueden leer en Paso libre del GRECU otro análisis del autor
https://pasolibre.grecu.mx/en-los-84-anos-del-inahdisculpe-perea-que-quiso-decir/