Soy de los que se imaginan las reuniones entre inversionistas. Deambulo en las atmósferas de los empresarios nacionales y extranjeros ante un mapa del reino del sureste. Los veo celebrando adquisiciones de miles de hectáreas en los puntos estratégicos que el Tren Maya casi les obsequia.
Saben bien que uno de los pivotes de sus futuros negocios inmobiliarios como de servicios, son los museos y zonas arqueológicas de la región. Lo que habrá de inaugurarse, sumado a la infraestructura cultural existente, les ofrece, a cero costos, la proyección de parte de sus miles de millones de pesos de ganancias.
La multitud de rescates y salvamentos arqueológicos con motivo de las vías del tren terminarán por consolidar el liderazgo del sureste en no pocas áreas del sector cultural. Repasemos algunos números básicos. En lo general, las cinco entidades federativas tienen 142 de los 1164 museos del país. Nada mal desde perspectivas como la densidad de población.
Por lo que atañe al INAH, son 19 de su responsabilidad. Siete están en Oaxaca, Campeche y Chiapas tienen 4 cada uno, Yucatán 2 y Quintana Roo como Tabasco cuentan con uno.
En cuanto a zonas arqueológicas, la futura megalópolis con sello obradorista reúne 72 de 192 que hay en el país. Lidera Yucatán con 17, seguido de Campeche con 16, Quintana Roo con 12, Oaxaca con 11, Chiapas con 10 y Tabasco con 6. Del conjunto 7 están en la lista de la UNESCO, cuando la mexicana nación tiene inscritos 35.
Si leemos los datos del INAH sobre visitantes nacionales y extranjeros a sus museos y zonas arqueológicas, podemos deducir las rebanadas del pastel suresteño. En 2022 acudieron 11,301,080 mexicanos y 4,393,636 de fuera. Entre los extranjeros las ganonas y por mucho son las ruinas con 3,553,826 visitantes.
En la relación del patrimonio inmaterial del organismo de la ONU, hay dos: uno por Chiapas, la fiesta de los parachicos, y el otro que tiene que ver con mucho de Oaxaca, por las celebraciones del día de muertos.
En materia de unidades económicas dedicadas a actividades turísticas, el músculo surestiano es consistente, según el orden establecido por el INEGI, en Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca y Yucatán, quedando todavía por ello mucho por recorrer a Campeche y Tabasco.
Traducido el orden en porcentajes con respecto al total de las economías locales, y considerando actividades características como conexas del turismo, son así: 56.1%, 25.8%, 19.5% y 16.5%. Nuevamente el edén tabasqueño como la petrolera campechana tienen muchas posibilidades de buenos negocios.
La captación de turismo nacional como extranjero en el reino del sureste, tiene algunas aproximaciones a las cifras del 2022. Quintana Roo sumó 19.6 millones, Chiapas 7.1, Oaxaca 3.5, Yucatán 2.1 y Tabasco rondó los 350 mil. No hay dato disponible de Campeche, pero me temo que debe andar como la tierra del poeta Carlos Pellicer.
Ante este panorama los empresarios propios y ajenos están de plácemes. Al fin llegó un presidente de la República que sabe de negocios. Un ser mezcla de liberalismo social con neoliberalismo a secas y con un toque de socialismo humanista. Les va a subsidiar durante mucho tiempo sus inversiones.
Mi padre, de origen chiapaneco, me lo dijo mil veces: dedícate a los negocios. Ciertamente estoy en eso, pero con un fondo tan débil, que no me alcanza para comprar unas hectáreas en esa región.