El compendio de vistas (y 2)
La cooperación internacional y el sistema multilateral son indispensables para enfrentar retos globales. El fortalecimiento de ambos nos asegura un futuro mejor. Los países en desarrollo pueden enfrentar una contingencia de estas dimensiones. Me encuentro en Viet Nam, un país aun con carencias y un frágil sistema de salud. Gracias a una acción temprana, articulada y eficiente, este país logró contener la epidemia, limitar los contagios y reanudar actividades en muchos sectores en un breve plazo. A nivel local y comunitario, solo mediante la solidaridad y la empatía es posible superar situaciones que afectan a las comunidades. Aprendimos que protegiendo a los demás nos protegemos a nosotros mismos.
Sara Valdés Bolaño, Embajadora.
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La fragilidad de la vida, que se nos escapa de las manos.
El miedo ancestral, nuestro peor enemigo.
La inequidad y la injusticia nuestras asignaturas pendientes.
El oportunismo de los políticos frente al compromiso y altruismo de las comunidades médica y científica.
La historia se repite una y otra vez y no aprendemos nada.
La esperanza de que todo sea para bien y cambiemos, y que las políticas públicas sirvan para cambiar paradigmas y prioridades en beneficio de la sociedad y el medio ambiente, no de los políticos.
Jaime Nualart, Embajador en retiro.
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El 16 de marzo de 2020 inicié la etapa de confinamiento en Guatemala, sin mi esposo que alcanzó a viajar a México antes de cerrar sus fronteras. Esta situación, me ha dejado muchas lecciones entre las que destaco:
He entendido que el mundo no volverá a ser el mismo y que la forma de relacionarnos y convivir con la gente, será diferente. He aprendido a tener paciencia y mayor respeto hacia el prójimo, a tratar de ser más solidaria sobre todo con aquellas personas que no han tenido la oportunidad, como yo, de resguardarse en un lugar seguro y confortable. No dejo de agradecer a Dios por esto que considero un privilegio.
He buscado y creo estar encontrando nuevas formas para trabajar y cumplir con las tareas laborales que desempeño. Pero lo mejor de esto es que he recuperado y me he reencontrado de manera virtual con amigos de otras latitudes que consideraba perdidos desde hace décadas….¡ah! y he adoptado a Gioa-Mia, una hermosa perrita a la cual debo mucho por ayudarme a pasar este difícil período.
Dolores Repetto, diplomática cultural.
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En estos meses he aprendido y corroborado muchas cosas. Entre tantas he visto desde el confinamiento la acción o inacción de diferentes gobiernos frente a un fenómeno imprevisto; la deslealtad y el oportunismo de los partidos políticos de la oposición frente a las medidas adoptadas por las autoridades para evitar la propagación del virus, la falta de infraestructuras y de recursos para tratar a los contagiados, el profesionalismo y entrega de los profesionales de la salud, la solidaridad y civilidad de la gran mayoría de los sectores sociales para enfrentar una de las crisis más graves de los últimos tiempos.
La pandemia ha puesto en evidencia la polarización, la generosidad y la mezquindad, la incredulidad y la resignación, el pragmatismo y el pensamiento mágico, la nueva toma de conciencia de vivir en un entorno globalizado al que nadie es inmune, la incertidumbre, la esperanza, el desasosiego y el temor de lo que vendrá en la mal llamada “nueva normalidad” que estará tan infectada como la que ahora vivimos.
Jorge Valdés Díaz-Vélez, diplomático cultural en retiro.
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El coronavirus nos ha enseñado que el mundo cambió, que la cultura pasa a un plano secundario cuando se trata de la salud. Pero dedicándonos a la cultura, aprendimos que los contenidos en línea deben diseñarse cuidadosamente y los espacios culturales tenemos que darle prioridad a la gente que quiera acceder a contenidos desde sus computadoras o celulares/móviles y hacer contenidos digitales con alta calidad. Los grandes grupos de visitantes van a tardar mucho tiempo en regresar, por lo que debemos diseñar flujos de personas, controlar los aforos y dar indicaciones claras para que el público se sienta seguro.
Susana Pliego Quijano, directora de la Casa de México en España.
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Las lecciones que hasta ahora me ha dado la pandemia han sido: aprender a apreciar y disfrutar la pausa que me ha dado una dinámica de vida mucho menos intensa y a partir de ella valorar lo maravilloso de los encuentros humanos, los afectos construidos. He aprendido también a vivir sin angustia, el saber que no tenemos certezas sobre nuestro futuro inmediato ni futuro, y a pesar de ello, poder celebrar la vida cada día.
Alberto Fierro, Cónsul General.
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Estos tiempos nos han dado muchas lecciones; resalto para mí las dos más simbólicas. La primera, la incertidumbre. No supimos cómo reaccionar por las características inéditas del evento; no había datos disponibles ni antecedentes; el ámbito científico vive bajo presión para dar con la cura. En lo político, nos dimos cuenta nuevamente de lo errante que son los sistemas para responder ante los retos y tomar decisiones efectivas. En lo cultural también sufrimos una especie de locura, como la crisis del papel de baño. ¡Qué metáfora tan curiosa! nos aferramos a un elemento escatológico, como si temiéramos el fin y termináramos podridos como el excremento.
Segundo, el regreso a los clanes familiares, a la tribu, a la época primitiva de nuestra especie. La “civilización”, quedó afuera, en las calles vacías, en los centros comerciales, estadios, cines, museos y demás. El Internet apaciguó un tanto el efecto, pues hemos podido trabajar a distancia y hasta hacer reuniones y fiestas virtuales; pero ello no dejó de darnos una efectiva lección: nos quedamos en casa y nos vimos forzados a convivir con los nuestros, como no lo habíamos hecho, por lo menos desde las últimas generaciones a partir de los baby boomers. Ante una situación que pareciera impuesta, el universo nos regaló la dicha de conocer realmente a los que viven en nuestro entorno: convivir, platicar entre nuestras familias y entender que la esencia humana tiene otras lecturas, más allá de las efímeras que se agotan con el trabajo, el ocio y el dinero.
Andrés Webster Henestrosa, ex diplomático cultural.
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El reiterado recordatorio de la fragilidad de la existencia humana y la evidencia de las malas elecciones políticas… La certeza de que solo podemos vivir si aceptamos la incertidumbre como condición permanente… Añadiría que solo el arte y la cultura nos pueden salvar siempre, con la belleza creada por el hombre y sus permanentes cuestionamientos…
Gerardo Estrada Rodríguez, ex director de Cultura de la SRE.
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En mi sentir: 1) Nos ha hecho ver la enorme valía de la solidaridad y la fraternidad entre los hombres; 2) Nos ha recordado que somos frágiles y vulnerables; 3) Ha hecho evidente ante nuestros ojos el agotamiento de las modalidades de orden económico, sanitario y de organización social vigentes y nos convoca a repensarlos como una tarea inaplazable; 4) Ha mostrado cómo el consumismo y la persecución de lo innecesario ocupan el lugar de un bienestar fundado en lo esencial y de veras importante; 5) Nos ha permitido, como familia, articular una estimulante forma de convivencia, compartiendo las tareas domésticas y los momentos de conversación y respetando los tiempos y las labores de cada uno; 6) Nos ha ofrecido una incomparable oportunidad para darle espacio al recogimiento, el trabajo interior y el silencio en nuestra vida; 7) Ha sido como un cambio de piel que invita a abandonar lo caduco e inviable para comprometernos en la construcción de un futuro equitativo, armonioso, sobrio y digno.
Carlos Ortega, ex diplomático cultural.
Sobre el fotógrafo Juan Raúl Barreiro Isabel
Fotógrafo y periodista cultural egresado de la carrera de Comunicación en la UAM Xochimilco. También estudió cine en el CUEC y fotografía en el Centro de la Imagen, la Academia de San Carlos y en el Gimnasio de Arte y Cultura. Escribió varios años una columna sobre fotografía en el suplemento sábado del unomásuno y también publicó artículos en el El Búho de Excélsior, la sección cultural de Reforma y la revista Alquimia del INAH. Sus fotografías han sido publicadas en El Nacional, unomásuno, Excélsior, La Jornada, Tabasco Hoy, Cuartoscuro y en el libro Álbum de familia, de la División de Posgrado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (2010). Ha sido profesor en universidades públicas y privadas, de 1987 a la fecha.