Es cierto que a la estadística cultural hay que saberla digerir para que no cause indigestión. Desde 2014, cuando salió el primer paquete de la Cuenta Satélite de la Cultura, se ofrece cada año un menú tan diverso que, o se encuentra el maridaje, o los sabores, texturas, colores, consistencias y largo etcétera se convierten en un revoltijo con pronóstico no tan reservado.
La ya larga serie que, con mi colega Antonio Mier Hugues, llevamos comentando semanalmente desde noviembre pasado, ha puesto en relieve, con respecto al serial anterior, los ajustes y novedades derivados del cambio de año base de 2013 a 2018. Entre las grandes noticias, señalamos, está el que, por primera vez en la historia del sector cultural, podamos conocer el PIB por entidad federativa con su desagregación respectiva.
En el hecho histórico, no puede haber algo más extraordinario para quitar vendas, pelar los ojos y quedar estupefactos, que la pequeña muestra preparada por el INEGI para el también aquelarre estadístico por clasificación funcional. La selección proyecta tres estados representativos del poderío por regiones. Al norte Nuevo León, al centro la Ciudad de México y al sur Oaxaca.
Mientras que nadie podrá oponerse a que el músculo artesanal oaxaqueño es extraordinario, no deja de sorprender lo modestísimo de su área de Artes visuales y plásticas, sabido hasta el cansancio su abolengo en el campo. Así como sobresale en Patrimonio cultural y natural con respecto a Nuevo León, desconcierta que deje muy atrás a la Ciudad de México. Igual queda uno pasmado al ver que en Oaxaca los Contenidos digitales e internet son casi inexistentes.
Señalemos otro hallazgo que causa espasmos en el esófago. ¿Cómo es posible que Nuevo León genere más porcentaje del PIB cultural, por ejemplo, en las áreas de Artes escénicas y espectáculos, así como de Diseño y servicios creativos que la mera mera petatera CDMX? Así es, atragantado se queda uno por querer disfrutar de las delicias que la Cuenta Satélite ha puesto en la mesa del sector cultural nacional.
Esta comilona va para largo. No sólo faltan cinco cuadros más, para sumar 23, en un acontecimiento sin precedente para el INEGI, para el GRECU y su Paso libre. Está por verse si será posible gozar de cabal digestión del serial antes de que nos alcance la actualización al año 2023 que se hará pública, como es costumbre, en el mes de noviembre de este electoral 2024, ya con nueva presidenta de México. Ver para comer: engorde sin complejos de culpa.