Lo que ha realizado Mishelle Muñoz por los espacios culturales independientes, al lado de sus colegas de la Cooperativa Pasaporte Cultural, es digno de elogio. Un tremendo empeño del cual tanto autoridades de la Secretaría de Cultura como del Congreso de la Ciudad de México, no solamente no han sacado provecho. Se han dado el lujo de engañarlos y persisten en hacerlo.
Hace unas semanas dieron a conocer el compendio de 2019-2021. Un cuadernillo de 46 páginas que condensa los resultados del mapeo nacional, obtenido a través de una convocatoria a responder un cuestionario. Adicionalmente, a través de un código QR se accede a las entrañas del estudio.
El resultado es la geografía de los espacios culturales independientes, en virtud de reunir una serie de características que les hacen distintos al grueso de los establecimientos comerciales. Condiciones que prevalecen por igual, aunque de manera relevante sea en la Ciudad de México, en distintos estados de la república.
El tema de las diferencias, desventajas e indefención de ciertos recintos y negocios culturales ante la Ley de Establecimientos Mercantiles cobró notoriedad al mediar la década pasada. Es decir, por lustros nadie se preocupó por esa neoliberal ley que el cuatroteismo no toca ni con el pétalo de una rosa.
Las distintas motivaciones, surgidas de diferentes actores, llevaron a promover una Ley de Espacios Culturales Independientes. Para ello fue central la tarea de la Cooperativa Pasaporte Cultural, lo cual sentó un maravilloso precedente. Se aprobó en el otoño del 2020. Sin embargo, de manera irresponsable se evadió la promulgación con el reglamento respectivo y con las reformas obligadas tanto a la Ley de Establecimientos Mercantiles, como a otras que implica.
Incluso, en el colmo de la aberración jurídica, contraviniendo la Ley para el Desarrollo Económico de la Ciudad de México, donde se habla de industrias creativas. No en vano se señala que, al reconocer este tipo de actividades, cualquier programa de estímulo tiene que observar lo que manda la Ley de Establecimientos Mercantiles.
No puedo decir cuántos nos opusimos al considerar que era innecesaria una ley aparentemente a la medida. Como dejé constancia (interesados leer https://pasolibre.grecu.mx/ley-de-establecimientos-mercantiles-coyotes-y-sapos-contra-principados-2/), la clave era hace cambios en el multicitado monstruo normativo que rige a los establecimientos citadinos.
Un objetivo: eliminar o al menos atenuar los requisitos y condiciones de giros culturales. Lo más elemental para abrir paso a ciertas ventajas que puede aplicar la autoridad sin violar la ley.
Al final del camino, otro montón de normas desconocen la existencia de espacios culturales independientes, comenzando por el sistema tributario. Las condiciones de su existencia, por lo demás, son las que corresponde en el marco legal.
Así de simple: o son unidades económicas, es decir negocios o pequeñas empresas, o son recintos sede de organizaciones no gubernamentales, lo que significa que no son entes del mercado, aunque realicen comercio como medio de sustentabilidad.
Entonces, los negocios que operan bienes y servicios culturales demandan ciertas especificidades. La solución era y de alguna forma será si se aprueba el reglamento de la Ley de Espacios Culturales Independientes con las correspondientes en la Ley de Establecimientos Mercantiles. Ya veremos en qué queda el parcherío.
El asunto había llegado a mis manos en el curso del primer semestre de 2016. Las autoridades de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México me pidieron proponerles alguna solución a esta problemática. La clave era, precisamente, no tocar la ley comercial.
En aquel entonces como ahora, lo que se necesita es una reforma integral del sistema que rige la vida económica de la capital de México. Tan complicado resulta que ni el surgimiento de una entidad federativa con su Constitución pudo empujarla, ni la enjundiosa Claudia Sheinbaum, con su Congreso a modo, se avientan a hacerla.
Lo que les dije a las autoridades es que el único remedio, que es paliativo, era intentar instrumentar un programa y literalmente con pinzas. Promover ciertos acuerdos con otras instancias del gobierno de la Ciudad de México, con dependencias federales más el cabildeo con los jefes empresariales para obtener su condescendencia.
Por supuesto que no pasó nada.
Pero con motivo de celebrar que exista la Cooperativa Pasaporte Cultural, de elogiar la edición del compendio de espacios culturales independientes 2019-2021, de expresar mi admiración por Mishelle Muñoz y de quizá estar a tiempo de que el Congreso de la Ciudad de México recapacite su proceder, dejo aquí, con ciertos ajustes debido al tiempo transcurrido, lo que redacté en ese entonces para la dependencia presidida por Eduardo Vázquez.
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Iniciativa para crear el programa
Distintivo de valor “Nextiliztli” (creativo/a en náhuatl), como empresa cultural, industria creativa o recinto de ONG’s con actividades de mercado.
Objetivo
Crear un programa para reconocer y estimular unidades económicas y recintos de de ONG’s con actividades de mercado del sector cultural de la Ciudad de México, con el propósito de distinguirlos del resto de las empresas o giros de la economía local.
Características generales
-Otorgar hasta 100 distintivos por año, con duración de dos años, con una supervisión anual para efectos de acceder a la renovación o para suspender el distintivo.
-Posibilidades de renovación del distintivo por dos años más.
-Podrá ser permanente.
-Al implementar el programa, las autoridades culturales y económicas de la CDMX, sentarán un precedente para crear a mediano plazo un marco jurídico adecuado para el desempeño de las empresas culturales, de las industrias creativas y los recitnos de ONG’s con actividades de mercado.
-Al realizar esta labor, se establece un precedente para crear una norma como se han concebido sobre todo para el sector turístico, hotelero y restaurantero.
-De igual forma, el programa permitirá una mayor coordinación entre instancias públicas, así como favorecerá la agremiación por tipo de actividad en el sector cultural.
-La creación del distintivo agregará valor a diversas zonas de la CDMX y enriquecerá la imagen y marca de la Ciudad.
Marco referencial
Definición de empresa cultural, elaborada por Eduardo Cruz Vázquez
Unidad económica que desempeña una actividad productiva legalmente establecida, basada en bienes, servicios, mercancías y/o productos que están constituidos, fundamentalmente, por un componente creativo en su cadena de producción. La empresa cultural comercia bienes, servicios, mercancías y/o productos como resultado de la transformación del proceso creativo y media en el mercado con el propósito de colocarlo a disposición de diversos consumidores y/o clientes y obtener ganancias para permanecer en el mercado.
Definición de industria creativa
La Ley para el Desarrollo Económico de la Ciudad de México, promulgada en junio de 2021, en su artículo 2o, fracción XV, establece entre los objetivos “(…) y fomentar de manera prioritaria el desarrollo de las industrias creativas como entidades generadoras de empleo, riqueza y cultura, siempre que estas cumplan previamente con la normatividad aplicable en materia de establecimientos mercantiles”.
Mientras que en el artículo 3o, fracción XVI, define “Industrias creativas: Aquéllas que comprenden los bienes y servicios derivados de actividades económicas con atributos culturales. Entre ellas, las relacionadas con las artes visuales, literatura y publicidad, diseño, animación digital y multimedia, música, gastronomía y todas aquellas en cuyo proceso de elaboración se incorporen expresiones artísticas o creativas”.
Condiciones para concursar por el distintivo
-Carta de exposición de motivos.
-Aplicación de cartilla para obtener distintivo.
-5 años de actividades ininterrumpidas.
-Estar al corriente de todo tipo de obligaciones, fiscales, laborales, de la alcaldía respectiva, etc. (Copia de cada una de las obligaciones).
-Presentar un plan de negocios para dos años.
-Inspección y evaluación física.
Corresponsabilidades
Secretaría de Cultura/Secretaría de Desarrollo Económico/ Distintas áreas del Gobierno CDMX
-Diseño e implementación del programa.
-Diseño de la cartilla para obtener distintivo.
-Elaboración de placa y papel distintivo.
-Crear el consejo que evaluará y otorgará el distintivo.
-Elaborar y dar seguimiento al padrón general (catálogo) de empresas culturales, industrias creativas y recintos de ONG’s con actividades de mercado que obtengan el distintivo, así como de otros negocios susceptibles de obtenerlo.
Algunos beneficios al obtener el distintivo
-Dos años sin verificación INVEA.
-Exención total o parcial del impuesto predial y otros impuestos locales (por ejemplo, sobre espectáculos públicos).
-Especial atención en caso de obras públicas (banqueta, alumbrado, transporte público, etc.).
-Acompañamiento para la solicitud de crédito para expansión conforme plan de negocios (opcional).
-Recibir programación o ser sitio para actividades de la Secretaría de Cultura.
-Atención prioritaria ante cualquier problema con las autoridades locales.
-Facilidades para la licencia de alimentos, vinos y licores.
Algunos beneficios para la sociedad
-El distintivo se convierte en una garantía en la excelencia de la empresa cultural, la industria creativa o del recinto de ONG’s con actividades de mercado, desde una visión integral como negocio y con un contenido de valor patrimonial para la Ciudad de México.
-Con el tiempo, los consumidores distinguirán el valor de las empresas culturales, industrias creativas y de los recintos de ONG’s con actividades de mercado.
-La existencia de un grupo privilegiado negocios en el sector cultural, puede tener repercusiones en otros ámbitos como la manzana, la zona y la colonia, así como puede ser un marco referencial para el turismo nacional y extranjero.