
De la abundancia prefigurada, ya veremos en 2030 que arrojan las evaluaciones, aunque del método para llevarlas a cabo no se diga una palabra. El Programa Sectorial de Relaciones Exteriores publicado el 3 de septiembre les puso feria a las acciones: 249 dispersas en 6 objetivos, 33 estrategias y 10 indicadores. La narrativa es generosa en figuras retóricas tersas, hay la invención de campos a explorar, conceptos que son la marca del régimen, como lo es incorporar el nacimiento de una Política Exterior Feminista (PEF).
Lo que tiene que ver con el sector cultural, se inscribe en el contexto de 49 acciones, 40 de ellas concentradas en el objetivo 5 “Fortalecer la coordinación intersectorial de la Administración Pública Federal y la diplomacia para alinear estrategias y mejorar la conducción de la política exterior de México”. A ese vasto campo de intervención se le fijó un indicador, cuyo nombre es preciso citar: “Planeación y realización estratégica de eventos de promoción económica, comercial, cultural, turística, deportiva y de diplomacia pública de México en el exterior para promover y posicionar los intereses de nuestro país en el mundo”.
Como la única valoración corre por lo que se pueda contar, se fija que el factor será el “Registro del número de eventos” concepto que no es definido. La responsabilidad de estas tareas recae en la recién creada Jefatura de Unidad de Coordinación Intersectorial (UCI) la cual, junto con otros cambios al reglamento interior de la Cancillería, apenas publicados el 10 de octubre, dieron por cerrado el desafortunado capítulo de las direcciones ejecutivas de diplomacia Cultural y Turística, así como de Estrategia y de Diplomacia Pública, instaladas en la gestión de Marcelo Ebrard.
Sin embargo, llama la atención que el “método de cálculo para la obtención de la línea base” sean los “archivos de la plataforma de promoción cultural de la Dirección General de Diplomacia Cultural” y de la “Dirección General de Diplomacia Turística y Conectividad”, áreas reajustadas por el canciller Juan Ramón de la Fuente y por Alfonso Zegbe, titular de la Unidad y que fue parte del equipo de Ebrard. Dicen que son “antecedentes históricos” a partir de 2018. De tal suerte que realizados 2,450 eventos en el último año de AMLO, se proponen repetir la misma cantidad en cada uno de los seis años de Claudia Sheinbaum, para alcanzar 14 mil 700 al cierre del sexenio. Dicho de otra manera, en el límite al tenor de una operación simple.

México cuenta con 80 embajadas y 67 consulados. Al año, en cada sede, deberán ocurrir 16.6 eventos. Así la sinceridad ante la precariedad presupuestal que, dicho sea de paso, no permitió presentar el plan de trabajo del 2025.
Estamos ante una nueva mezcla en la política exterior, cuya diplomacia se orienta por el “humanismo mexicano”: la “articulación” de las diplomacias pública, regional, económica, comercial, turística, cultural, deportiva y feminista. Las líneas de acción de las estrategias que son incumbencia de la UCI son pródigas en intenciones. Se ofrece tatuar el “enfoque de igualdad sustantiva”, el incluir “a las comunidades mexicanas en el exterior” así como impulsar iniciativas desde “organizaciones no gubernamentales, universidades, centros de pensamiento e iniciativas ciudadanas”.
Más acciones de las diplomacias se incluyen en el Programa Sectorial que suma 40 páginas. Tienen que ver con los procesos de recuperación del patrimonio cultural, el dar “visibilidad internacional” al Tren Maya y al Tren Interoceánico, la promoción de la diversidad cultural con énfasis en “la inclusión efectiva de pueblos indígenas, personas afromexicanas y comunidades vulnerables en las narrativas internacionales”. También fomentar “flujos de inversionistas y turistas asiáticos” e “impulsar iniciativas para formalizar, financiar y escalar emprendimientos culturales como motores de empleo digno, identidad regional y soberanía cultural” con énfasis en América Latina y el Caribe.
Hay otro punto tajante. La certeza oficial de que los Objetivos de Desarrollo Sostenible “a nivel global, solamente el 17% de las metas están en vías de cumplirse para 2030”. Se presume que desde 2015 México “ha registrado progresos importantes”, pero no se dice cuáles. Así que para mala fortuna de los que sueñan con la creación del objetivo 18 de los ODS dedicado al desarrollo cultural, en las correspondientes 9 líneas de acción ninguna alude a esa posibilidad, como tampoco el indicador.
Ligas:
Programa Sectorial
https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5767163&fecha=03/09/2025#gsc.tab=0
Reglamento Interior
https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5768937&fecha=02/10/2025#gsc.tab=0
