Vaya peso el concedido por el coordinador José Ángel Gurría. Un dinosaurio priista vivito y coleando al lado de la chavala que es la candidata del Frente Amplio por México (FAM) a la Presidencia de la República. Se lee: “En la mesa sobre Cultura participaron, entre otros, Antonio Crestani”. Así solito quien es, sin duda, un excelente personaje de la cultura.
A quienes contribuyeron en la elaboración del documento “Hacia un Programa de Gobierno 2024-2030” lanzado a mediados de octubre, que vaya uno a saber de su suerte, los mandaron a la última página.
Son ellas, ellos y el resto aludidos en las palabras de presentación: “Hablamos de cientos de personas que ofrecieron su trabajo y su talento de forma entusiasta y honoraria. Hablamos de las mejores mujeres y los mejores hombres de México, agrupados en trece diferentes grupos de trabajo. Se trata de exfuncionarios, académicos, políticos, expertos y miembros de organizaciones de la Sociedad Civil, que tienen en común el hecho de ser reconocidos como grandes especialistas en sus respectivos temas”.
También se dicta que “Durante el proceso de preparación tanto de la versión preliminar como de esta versión definitiva, y dado que la Sociedad Civil ha tenido una muy importante participación en dicho proceso, se tomaron elementos del trabajo ‘Que Nadie Quede Atrás’, de Unid@s, así como de otras fuentes públicas”.
Quienes alcanzaron a ser citados en la presentación vienen así: “Finalmente, quisiéramos hacer un reconocimiento especial a Luis Herrera-Lasso, sin cuyo apoyo y liderazgo intelectual no habría sido posible culminar estos trabajos con éxito, así como a Anakaren Iniestra, por su invaluable contribución a la viabilidad logística y digital del proyecto”.
A cada quien sus asuntos de incumbencia. Como en todos los temas del programa, se presentan en los de Cultura los subtemas del caso. Las “Líneas de acción prioritaria”, las “Políticas culturales de Estado”, la “Transversalidad del proyecto cultural”, la “Medición de las políticas culturales”, el “Presupuesto y estímulos fiscales” y el de “México en el mundo”.
Como en la vida cultural miles de ideas son huérfanas, las mismas son capturadas en lo que podrá ser la plataforma electoral del FAM galvanesco. Citemos algunas de ellas. En primerísimo lugar el mito de “Incrementar de manera progresiva el presupuesto del sector hasta alcanzar, al final del sexenio, el equivalente al 1 % del Gasto Público Programable (GPP)”.
Luego el reciclamiento de “Exhortar a los gobiernos estatales y municipales a la aprobación de cambios equivalentes en sus leyes locales para otorgarle a la cultura un tratamiento formal de sector estratégico, con reglas claras, y crear nuevos mecanismos de apoyos fiscales a las industrias culturales”.
También el inacabable pendiente de “Replantear la estructura administrativa del sector para ampliar su cobertura, a fin de atender a las comunidades en mayor marginación, especialmente a las poblaciones indígenas; para establecer programas eficientes y de mayor alcance en colaboración con otras instituciones; para dar respuesta más eficaz a los grupos de profesionales y a los de carácter popular, urbano y rural; así como para lograr una participación planeada con la sociedad civil”.
Por lo mismo el amuleto de que “El Estado debe plantear un marco fiscal que estimule las donaciones y la inversión en infraestructura en el mundo de la cultura. Para ello resultará prioritario concebir y promulgar la Ley de Mecenazgo Cultural”.
Además, la revancha: “Resulta imprescindible rediseñar y reactivar los fondos y fideicomisos que financiaban programas en áreas de cultura, de educación, de ciencia y de tecnología. Esto posibilitará, entre otros beneficios, allegar fondos privados, internacionales, de organizaciones sociales y recursos de los tres órdenes de gobierno”.
De igual manera el despiste por no estar al día: “Renovar el programa de indicadores de la actividad cultural y promover el estudio estadístico de la incidencia de la cultura en el desarrollo sostenible”.
Al cierre de este conteo posible de lo cultural en “Hacia un Programa de Gobierno 2024-2023”, bajo la batuta del Jefe Gurría, a la diplomacia cultural le tocó un genérico “Brindar un decidido impulso a la presencia de la cultura de México en el mundo”.
Muy apreciado Antonio Crestani y “entre otros” que te acompañan: ¿cómo se logró todo esto?