Las estrategias de captación de votos de las partidocracias han relegado de la agenda de sus aspirantes presidenciales el sector cultural. Los habitantes de este gremio acaso les preocupan a las coaliciones por su peso simbólico: nombres, heráldicas, fortaleza como corrientes de marca (fifís y chairos intelectuales), peso en el activismo en redes, likes de selfies con pesos pesados y pesadas, sello indigenista que se regodea en lo nacional, figuras de la espiritualidad mexicana, la incesante reivindicación artesanal, etc.
Ante una comunidad cultural dispersa, no pocos integrantes de ella contrariada con el régimen cuatrotero, los multiforos wasaperos como presenciales de Morena no han arrojado documento público formal. Con la coronación de Regina Orozco como la líder sheinbaumnista, de filiaciones claras, entre ellas la de Alejandra Fraustro como las del extinto El Vicio y las Reinas Chulas, veremos si las tribus culturales, destacadamente la de Paco Ignacio Taibo II, se disciplinan o le hacen la vida de cuadritos a la actriz.
Agreguemos que recientemente se añadió al montaje electoral la figura de la Senadora y cantante Susana Harp. La frustrada candidata al gobierno de Oaxaca, como parte del team que organizará, bajo la coordinación de Juan Ramón de la Fuente una serie de “diálogos de la transformación”, con vistas al plan electoral y de futuro gobierno, veremos cómo se las arregla con las fuerzas culturales morenitas.
Y sabremos si en el guion de la dupla Orozco-Harp cabrán quienes están inconformes con lo que ha hecho el gobierno amloista-fraustista-curielista.
Del lado del conglomerado Fuerza y Corazón por México (atrevo el feo acrónico de Fucome), el escenario de la FIL Guadalajara sirvió para anunciar como coordinadora del tema cultural a Consuelo Sáizar. El ungimiento contrarió a la corriente del priismo encabezada por Beatriz Pagés. Ni les dijeron agua va. Añoraban recuperar el bastión perdido de la grilla cultural.
Frente a este escenario, esperando lo que ocurra en el partido Movimiento Ciudadano, en la línea que le ha caracterizado desde su creación en 2009, el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (GRECU) en junio instaló el búnker de campaña del sector cultural en la Casa de la Escuela Carlos Septién García. Al resultado de los seis meses de trabajo, se sumaron la gestora cultural Mishelle Muñoz, el internacionalista Omar Baqueiro, el gestor cultural Mario Welfo Álvarez, el músico Gerardo Carrillo, la Asamblea para la Cultura y las Artes y el movimiento Todos Somos INAH/Ya Págame INAH.
Sin duda nuestro documento de propuestas es suficientemente sólido para intentar ser parte de una sacudida que saque del marasmo a los estrategas de las campañas electorales y de algo de brío a sus operadores en el ámbito cultural.
Cito algunos de sus elementos. Se señala que “Se considera conveniente alentar la discusión de un nuevo paradigma acorde a la dinámica sectorial y su porvenir. Se propone un Sistema Nacional de Desarrollo Cultural que podría ser una ventana de oportunidad para conciliar las políticas públicas, privadas y sociales; un sistema basado en la creación, sustentabilidad, relaciones bioculturales y la dignificación del trabajo creativo, educativo, científico y humanista”.
En efecto, “se trata de reconsiderar la existencia de la Secretaría de Cultura del gobierno nacional y de alentar la urgente revisión de los marcos legales que rigen el sector cultural de México, incluyendo el aspecto formativo”.
En otro punto se propone que “Evaluar la posibilidad de contar con un Sistema Nacional de Desarrollo Cultural permitiría convocar a las empresas mexicanas y de otros países que forman parte o que inciden en el sector cultural del país, a efecto de acordar un programa de trabajo que fomente la productividad del mercado cultural”.
El documento alude también a la urgencia en fijar “Un nuevo paradigma para el desarrollo cultural”, el cual “podría concretar la armonización de la Ley Federal del Trabajo a las condiciones prevalecientes en el sector cultural y dotarle de la clasificación que garantice el respeto a los derechos laborales, económicos, humanos y culturales, una demanda vigente en la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Ocurre por igual en los dominios del sindicalismo, de las burocracias, como en las empresas y el trabajador por cuenta propia, realidades urgidas de intervención para ponerles al día”.
Hacia el final del texto se indica que, “Se juzga impostergable en este conjunto de líneas temáticas, en el contexto de la discusión de un nuevo orden institucional y legal para el sector cultural, la revisión del marco jurídico de las organizaciones no gubernamentales de carácter cultural, a efecto de enriquecer sus capacidades, así como facilitar el crecimiento de dichas instancias en los estados y municipios donde su presencia es mínima”.
Ojalá las campañas culturales resulten plurales, intensas y aleccionadoras. De no ser así, qué aburrida nos vamos a dar.
El documento íntegro se puede leer en https://pasolibre.grecu.mx/propuestas-del-bunker-de-campana-del-sector-cultural-del-grecu-ante-el-proceso-electoral-de-2024/